jueves, 2 de abril de 2020

Crisis de la Restauración (1902-1931). Tercera Parte.

La crisis comienza a detectarse a partir de 1913, pero la crisis en el sentido abierto a menudo se identifica con el período que va del 18 al 23 pero ya a partir de 1913 están confluyendo dos factores que van a hacer que todas las grietas, limitaciones y contradicciones afloren de manera clara y por ello se juntan dos circunstancias. 

-     El agotamiento del sistema y del sistema de turno pacífico por la división de los partidos dinásticos que generan confrontaciones (son divisiones identificadas con un liderazgo), afloran rivalidades que dan lugar a fracturas. 

-     Por otro lado, estos partidos son cada vez mas difíciles de mantener como partidos mayoritarios en las Cortes. Va a haber otra capacidad por parte de otras formas políticas como republicanos, socialistas, regionalistas… tendrán representación en las cortes. Esto significa que por un lado, la presión o demanda va a ser creciente. 

Al producirse esta división de los partidos dinásticos es difícil cerrar filas en torno a un solo líder y conseguir una mayoría estable o duradera, en el caso del partido liberal es fundamental la división. Romanones preside un gobierno en 1913 y va a gobernar casi un año con las Cortes cerradas, este hecho (hacer caso omiso al parlamento) va a ser también una tónica habitual a partir de este momento. Cuando finalmente en octubre se abren las Cortes, Garcia Prieto (otro liberal) hará caer el gabinete de Romanones, con esta maniobra consigue arrastrar a 100 diputados liberales y crear el Partido Liberal Demócrata, es un partido liberal a la izquierda del sector dominante. 

En el Partido Conservador Maura se niega a mantener el turno pacífico con el Partido Liberal puesto que considera que este ya no es un partido dinástico, Maura por lo tanto lidera una especie de rebelión puesto que no quiere mantener el fuego del turno pacífico. Esto hace que el Rey se enfade y le da el gobierno a Dato. El gobierno de Dato hace que Maura cree su propio partido el Partido Maurista, un partido con organizaciones provinciales, con base de masas, un partido que empieza a tener corte moderno. 

Esto significa la división del Partido Conservador y la enemistad de Maura con el Rey. Ante esta situación de debilidad interna sale ganando el rey que tiene al capacidad de tomar decisiones cada vez con mayor independencia de los partidos y las Cortes. 

La tendencia será a gobernar con las Cortes cerradas durante periodos largos de tiempo y esto refuerza la capacidad arbitraria del Rey. Todo esto se traduce en una deslegitimación del sistema no solo por la presión de fuera sino también por el agotamiento y la división interna. 

A partir del año 1914 se habla ya del fin del bipartidismo. Los distritos electorales son cada vez más manipulables. También hay resistencia por cambiar el encasillado según convenga. Esta dificultad por mantener el bipartidismo y el turno pacífico tiene que ver con el desarrollo de una conciencia cada vez mas critica a la manipulación de las elecciones, cada vez será mas difícil controlar los resultados electorales, ahí intervienen muchos factores, el hecho de que haya mas fuerzas políticas compitiendo sobre todo en las grandes ciudades donde el caciquismo lo tienen mucho mas difícil para funcionar, por ejemplo, la aparición de partidos republicanos, regionalistas, van a ser elementos que contribuyen que hagan que el panorama cambie en poco tiempo de manera significativa. 

Esas fuerzas ajenas a los partidos dinásticos siempre fueron minorías en las Cortes. Con dificultades crecientes pero el sistema se mantiene porque esa oposición, que tienen representación parlamentaria nunca va a ser un desafío tan grande dentro del Parlamento. Además son fuerzas políticas muy divididas entre si, regionalistas, republicanos y socialistas (socialistas que al principio será solo uno y luego ira habiendo mas representación). 

En conclusión, el sistema de los partidos políticos clásicos mostraron su división y debilidad en un momento difícil que se junta con ese otro factor que son las grandes transformaciones sociales y económicas que va a experimentar España como resultado del impacto de la I Guerra Mundial.Esto significa que cuando se intenta legislar o se intentan sacar medidas nuevas en las Cortes que requieren de un apoyo o de un consenso no salgan adelante por los múltiples mecanismos que ofrecía el propio sistema parlamentario utilizado de manera perversa para frenar iniciativas y proyectos. El problema es que se juntan estas dos circunstancias. 

Hay sectores que por la guerra se enriquecen en detrimento de las clases populares que son víctimas del aumento de precios. 

Para evitar que se apruebe una medida que va en contra de determinados intereses se toman medidas diversas. El proyecto de ley de Santiago Alba nunca se pondrá en vigor. Las medidas para adecuar el sistema a los tiempos que corren no funciona, se impone la parálisis interna, boicot. Esto significa un agotamiento. El parlamento deja de ser un instrumento de diálogo, debate, canalización de intereses plurales, y cuando se llega a este punto en sistemas liberales el parlamento no cumple su función y por lo tanto cada vez es más fácil que se alcen voces en contra del sistema de representación parlamentaria. Estas voces pueden venir de sitios muy diferentes. En este momento serán los militares a parte de republicanos, y socialistas (los regionalistas no, estos entrarán a formar parte de gobiernos de concentración). 

Los gobiernos necesitan tener mayoría en las Cortes pero sin demasiadas interferencias en el parlamento. Es muy fácil plantear una crisis de gobierno, plantear una moción, retirar la confianza como hace Garcia Prieto con Romanones, por lo tanto todo eso precipita nuevas elecciones y asistimos a un periodo de gobiernos muy cortos de pocos meses incluso de semanas, esto denota  una gran inestabilidad. 

La otra parte es el cambio social que tiene lugar por el impacto de la I Guerra Mundial, España no participa pero queda sumida en la misma experiencia de crisis del parlamentarismo, crisis del sistema liberal, devaluación… todo esto tiene lugar en todo el mundo occidental. Estamos asistiendo a un refuerzo también del movimiento obrero, a los procesos de democratización que están en guerra (a partir del 18 con el hundimiento de los imperios y surgimiento de diversos países muchos de ellos en forma de república) intentos de revolución comunista, es decir, toda esa inestabilidad da sensación de que el viejo orden se derrumba. La I Guerra Mundial marca un antes y un después. Es el fin del orden liberal, se plantea que no sirve ni es representativo de las clases medias y obreras, asistimos a una revisión y crisis de ese sistema. 

Por un lado hay dificultad de importar porque los países contendientes están consumiendo materias primas o productos que antes exportaban, por otro lado un incremento de las exportaciones pero estas exportaciones significan que hay un colectivo o clase, (las de las personas vinculadas al hierro y al acero) que se enriquecen en detrimento de la distribución de esas materias primas por el territorio nacional y también junto a una escasez de productos de primera necesidad. Todo esto contrae el mercado interior y por lo tanto hay escasez de productos e incremento de precios, cada vez es más difícil alimentar ala población española. 

También crecen los beneficios extraordinarios de guerra de sectores de la clase media. La guerra también es el contexto para la especulación, corrupción y acaparamiento. Todo esto crece, se enriquecen empresarios, financieros, grandes agricultores, crece la industria manufacturera, crecen y se expanden las entidades bancarias, aparecen los nuevos ricos, crece el sector inmobiliario. A cambio, malestar popular por el incremento de los precios y escasez de productos de primera necesidad y porque esos beneficios que acumulan dichas personas no van en consonancia con el incremento de los salarios. 


Todo esto hace que se dispare la conflictividad social en forma de huelgas, en el año 13 hay 200 huelgas, en el 19 son el doble y en el 16 hay un pacto entre los dos grandes sindicatos: UGT y CNT para lanzar una huelga general en diciembre de 1916 contra la carestía de la vida y el desempleo. 

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